martes, 14 de mayo de 2013

EL PASADO, UN CAMINO HACIA EL FUTURO (II)

Continuando con lo tratado el pasado 11 de mayo en la jornada sobre Patrimonio, organizada por la Asociación Cultural Desde la Cima, la titulada “15 años de protección del Patrimonio Industrial y Minero en la Cuenca del Guadiato” corría por cuenta de nuestra asociación, La Maquinilla.

Para ello, se partía de la situación de nuestro Patrimonio Industrial y minero en el año 1998, en el que se inauguró en Peñarroya la restaurada nave de la Papelera como recinto ferial, dando así una segunda vida a este edificio. También en ese año comenzaron los preparativos de la IV Sesión Científica de la Sociedad Española para la Protección del Patrimonio Geológico y Minero, celebrada en Belmez en 1999.

En las dos jornadas de aquella Sesión se presentaron 48 comunicaciones y ponencias, once de las cuales hacían referencia al patrimonio de nuestra comarca y, en concreto, cinco de ellas nos han servido como hilo conductor del análisis de lo acontecido en nuestra cuenca en los últimos quince años. Se referían a la protección de los castilletes de minas, chimeneas y construcciones industriales de Peñarroya, el Patrimonio Ferroviario, recuperación del patrimonio documental y el proyecto de restauración de Mina Aurora, en Belmez.

Castillete conservado a la entrada de El Porvenir
La primera referencia fue a la protección de los castilletes de minas. Por parte del Museo Histórico de Belmez y del Territorio Minero se hicieron en aquellos años dos solicitudes de declaración de Bienes de Interés Cultural. La primera se refería a castilletes del término municipal de Belmez (Aurora, Belmez, Cabeza de vaca, Lucas Mallada, etc.) y la segunda se extendió a los de toda la comarca (San José, Cervantes, Nº 3-Terrible, Espiel, etc.), sin que la Junta de Andalucía haya tenido a bien atender a esta solicitud hasta hoy, pasados ya más de quince años y a pesar de todas las gestiones que se han hecho sobre ello. Queda, en cualquier caso la valoración ciudadana que se hace de estos castilletes, como son los casos de los de la Aurora, El Porvenir o Santa Bárbara, instalado este en la rotonda de acceso a Pueblonuevo.

Sobre la solicitud de declaración de Bien de Interés Cultural de las chimeneas y bienes industriales de Peñarroya versaba la segunda de las ponencias de aquel año 1999, con el mismo final que la anterior. Si bien durante estos años se han estudiado y catalogado por el Ayuntamiento algunas de estas construcciones, se trata de una protección legal insuficiente, protección que debería ampliarse también a otras chimeneas de la comarca, como la de la estación de Espiel, la fábrica de harinas de Belmez o la panadería de Ojuelos Altos. Como positivo se puso de manifiesto la consolidación y recuperación de las chimeneas de la Electra Candelaria, en Peñarroya, y de la fábrica de harinas, en Pueblonuevo, así como la compra del Cerco Industrial y la rehabilitación del Almacén Central. 

Chimenea de la fábrica de harinas de Peñarroya-Pueblonuevo
En cuanto al patrimonio ferroviario se lamentó la demolición por ADIF de la estación de Belmez, un hecho incomprensible para la mayor parte de la población. También en Belmez, se han demolido varias casetas de paso a nivel de la vía estrecha y de La Maquinilla, y se destruyó, por incendio, el abandonado edificio principal de la estación de Cámaras Altas. Por el contrario, se valoró la recuperación del trazado urbano de la vía estrecha con el carril-bici de Peñarroya-Pueblonuevo, y la reutilización de las estaciones de Espiel y Belmez-Ermita, así como algunas casetas y edificios de la vía estrecha, ejemplos de conservación de todo aquello a lo que se le busca una segunda utilidad, en contra de la destrucción de los edificios sin uso abandonados por los gestores ferroviarios, que se inexplicablemente se niegan sistemáticamente a cederlos a los Ayuntamientos.

En cuanto al material móvil, se denunció el estado de abandono en las instalaciones de Encasur de dos locomotoras de la Maquinilla, así como de varios vagones de este ferrocarril, algunos construidos en los Talleres de la SMMP, contrastando este abandono con las inversiones realizadas en material ferroviario procedente de otros lugares de España. 

Vagón de La Maquinilla en las instalaciones de Encasur
Novedoso en su momento fue el tratamiento que F.J. Aute hizo del patrimonio documental, con especial referencia a las fotografías de minas, edificios, instalaciones industriales y trabajadores. Lo que ahora es una rutinaria faena de escaneo o intercambio de archivos, hace quince años era una laboriosa tarea de recopilación documental, una costosa búsqueda de fotografías y un revelado artesano en improvisados laboratorios fotográficos. El resultado de todo ello ha sido la recuperación de gran parte de nuestra memoria histórica, aunque se echa en falta un centro de documentación público que recopile y catalogue debidamente todo ello, que también ofrezca esta información a investigadores que, en ocasiones, desconocen la realidad o falsean deliberadamente los datos.
Trabajadores del Pozo nº 3 en 1960
Fotografía de la Colección F.J. Aute
Por último, con base en una ponencia de 1999 sobre el proyecto de recuperación de la Mina Aurora, se analizó la evolución de los distintos proyectos de museos, centros de interpretación o centros de visitantes, que se han iniciado en los últimos años. Sin duda, este es el ejemplo más patente de la descoordinación comarcal que existe.

El proyecto de Mina Aurora, en Belmez, englobaba un centro de visitantes, albergue y zonas recreativas. Iniciado con una escuela taller y avalado por la Mancomunidad de Municipios, el cambio de gobierno municipal en 2003 supuso el abandono del proyecto, a pesar de las cuantiosas inversiones realizadas.

El Ayuntamiento de Peñarroya inició años después un proyecto parecido, en este caso con una “mina” visitable, recuperando para ello la Santa Rosa. La crisis económica y la falta de fondos paralizó el proyecto, ejecutado ya en gran parte. También los ayuntamientos de Espiel y Fuente Obejuna (El Porvenir), han iniciado en estos años, cada uno por su cuenta, proyectos similares.

De este modo, tras quince años de “vacas gordas” y por diferentes causas, no tenemos en la comarca ningún centro de interpretación, museo o centro de visitantes “decente”, que informe debidamente y acoja las enormes posibilidades turísticas que tiene nuestro Patrimonio Minero e Industrial. Es muy triste que lo más parecido sean los dos museos que, tan modestamente y con mucho esfuerzo, estaban ya creados en 1998: el Geológico-Minero, de Peñarroya-Pueblonuevo, y el Histórico y del Territorio Minero, de Belmez.

Centro de interpretación de Mina Aurora, en Belmez
Tras este análisis se propuso que la Fundación Cuenca del Guadiato fuera el ente coordinador de todas las actuaciones, una fundación que hasta el pasado año estaba incompleta al no haberse adherido a ella el Ayuntamiento de Peñarroya, pero una vez solucionado este “problema”, debe ser quien aglutine todo lo relacionado con el patrimonio comarcal, por encima de intereses meramente locales y más allá en el tiempo de las sucesivas corporaciones municipales. Para ello, sin duda, debe contar con una estructura y medios suficientes, pues de lo contrario sería un ente muerto desde su nacimiento.

Si la creación de esta fundación se vio como algo positivo, también se consideró un estímulo para seguir luchando por el patrimonio el grado de concienciación ciudadana que va existiendo en torno a él, pues cada día son más las voces que se alzan en pro de su conservación, y ya se ve normal en la comarca la celebración de jornadas, cursos o conferencias, o que sea objeto de estudios universitarios, tesis doctorales y proyectos de fin de carrera sobre su historia o reutilización.

Hospital de la SMMP, actual Centro de Salud de Peñarroya-Pueblonuevo
Igualmente sirve como ejemplo de conservación la segunda vida que se les está dando a algunos de los edificios, casos del Hospital y la Dirección de la SMMP, y la Biblioteca de Peñarroya-Pueblonuevo, o del almacén de la Mina Santa Isabel en Belmez. Todos ellos son la demostración de que el uso permite la conservación y rentabilidad pública de estos edificios, más allá del abandono o “destruir y construir de nuevo”, como tendencia general en estos años de “nuevos ricos” que hemos vivido.

Por último, por su necesidad para darlo a conocer con una información veraz, contrastada y actualizada, y por su bajo coste en relación al beneficio social que conlleva, se propuso la creación de una más que necesaria página web que aglutine todo lo referido a nuestro Patrimonio Industrial y Minero, pues se considera insuficiente la dispersa información que aparece en páginas de instituciones, organismos públicos o Ayuntamientos, así como en blogs particulares.

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