jueves, 27 de diciembre de 2012

II Jornadas sobre paisajes industriales en Andalucía. Conclusiones (2ª parte)

Aunque todos giraban en torno a un mismo tema, el segundo de los talleres, “Arquitectura y Proyecto”, fue muy distinto al anterior, los profesores Enrique Larive y Luis Prados planteaban nuevas y enriquecedoras visiones de nuestros espacios industriales y mineros.

El planteamiento inicial es que “El Cerco es un complejo sistema de relaciones territoriales, sociales y culturales vinculadas a la producción industrial, que hoy constituyen un paisaje en reclamación. Su estructura espacial y funcional mantiene la belleza compositiva y romántica de los viejos artefactos, contenedores e infraestructuras dispuestos en estratos funcionales que ahora suponen un depósito de información que demanda ser reactivada. Se trata de un lugar con peso para ser transmitido y de una oportunidad de acometer un proceso experimental de relación entre sociedad, cultura y naturaleza”.

Con esta premisa y con muy diversos materiales se fabricaron cuatro maquetas en las que cada una de ellas profundizaba en uno de los distintos objetivos del taller: Caracterizar los paisajes, espacio y artefactos; facilitar el reconocimiento del Cerco y su contexto territorial; identificar las membranas y conexiones del Cerco con la población y su entorno, así como la penetración de la vegetación; analizar sus estratos, infraestructuras subterráneas, estructura a ras de suelo y superestructuras aéreas; estudiar sus comunicaciones, considerando al ramal de La Maquinilla, como algo biológico, su arteria principal; y trabajar con conceptos tales como la memoria, la cultura del trabajo y el carácter simbólico que conservan aún muchos de los edificios que componen el lugar, estudiando la evolución que experimenta el paisaje con ocasión de las actividades extractivas, industriales y de distribución.

Otra novedosa visión ofrecía el tercero de los talleres: “Acción y Arte”. Silvia Carrasco, del Taller de Poesía Visual de Peñarroya Pueblonuevo, y Francisco Javier Flores, profesor de dibujo y artista visual, analizaban las intervenciones artísticas contemporáneas en el patrimonio.
Profundizaron en las inmensas posibilidades que a este respecto ofrece el patrimonio industrial y minero en general, y El Cerco en particular, planteando que “La intervención artística es un medio de expresión de arte contemporáneo consistente en la actuación del artista visual sobre un espacio público, frecuentemente patrimonio natural, cultural o histórico”, y proponían “la ocupación física de parte de ese espacio patrimonial o la alteración visual de alguna de sus características, provocando una relectura del lugar por parte del público. Es una estrategia de actuación, que considera al espacio patrimonial como soporte para  la creación, y además le confiere una dimensión integradora y conciliadora, cargada de emoción. Los lugares que tienen la consideración de bienes patrimoniales son sitios cargados de significados, verdaderas puertas para asomarse al pasado, máquinas del tiempo que nos sumergen en la historia, donde la lectura de la obra de arte está entrelazada con el contexto. Sin paredes en blanco sobre las que “colgar” obras en su concepción tradicional, sin la rigidez propia de las salas de exposiciones, sin los condicionantes propios del mercado de arte o de las instituciones expositivas, es el lugar patrimonial lo que posee la carga necesaria para atrapar al espectador, y aportar un nuevo mensaje”. 

Haciendo referencias a diversos proyectos y manifestaciones artísticas en nuestra provincia, tales como EL VUELO DE HYPNOS, en Almedinilla; SCARPIA, en El Carpio; APTITUDES, en La Rambla; DMENCIA, en Doña Mencía, o SENSXPERIMENT, en Lucena; se reservó un lugar privilegiado para los diversos trabajos en torno al Patrimonio ejecutados por el Centro de Poesía Visual de Peñarroya, con continuas referencias a algo tan efímero como fue nuestra propuesta de humo en las chimeneas, del pasado Día del Cerco.

Tras la puesta en común de las conclusiones de todos los talleres, se procedió a la clausura del seminario, con la asistencia de María Gil, Alcaldesa de Peñarroya-Pueblonuevo (que participó también en el primero de los talleres) y José Antonio Fernández, Diputado de Carreteras y Vivienda. Éste último hizo hincapié en el autoempleo y el cambio de mentalidad de empleados a empleadores que los habitantes del Guadiato deben asumir para salir de la situación que ha generado el monocultivo del carbón, pero siempre sin olvidar la memoria.

Julián Sobrino finalizó el acto pronunciando un discurso optimista sobre las enormes posibilidades del patrimonio industrial del Guadiato, plasmando en un mapa de la zona todo tipo de acciones de mejora del mismo, vertebradas por la Vía Verde del Guadiato como agente dinamizador fundamental. También hizo entrega a nuestras autoridades de un cubo con ideas-fuerza que les deben guiar en su buen hacer patrimonial.

En breve, el Centro de Estudios Andaluces redactará un documento que recoja todas las conclusiones de estos talleres. De todo ello daremos cumplida información.

Por lo demás, desde nuestra asociación consideramos que ha sido todo un acierto el hecho de haber concentrado en Peñarroya-Pueblonuevo a varios de los mejores cerebros regionales en patrimonio industrial; así como nuestra apuesta por que eventos como el Día del Cerco y estas Jornadas deben ser el germen de un calendario fijo de actividades a la altura del patrimonio industrial de nuestra comarca, como complemento de otras medidas de recuperación.
 

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