jueves, 30 de agosto de 2012

MÁS SOBRE CERCADILLA

Estamos de acuerdo en el gran avance que, para casi todo, han supuesto las nuevas tecnologías. Gracias a ellas está Vd. leyendo esto. Merced al correo electrónico las comunicaciones entre personas son inmediatas y se ha revitalizado la vieja costumbre de escribirse cartas. Pero, reconozcámoslo, ha perdido encanto. Lo de ir al estanco a comprar el sobre, pegar el sello y buscar un buzón donde echar la carta tenía su puntito. La incertidumbre de cuándo llegaría y cuándo contestarían añadía una cierta vidilla a todo ello.

Otra ventaja añadida es que, tratándose de algo físico, podía conservarse durante años. Algo así me ha sucedido. Ordenando papeles me he encontrado con unas cartas que, referidas a la estación de Cercadilla, me envió Gaspar Avilés a finales de 1998 y que vienen a completar lo ya dicho en este blog hace unas semanas acerca de esta estación, origen de la línea Córdoba-Belmez.

Gaspar Avilés sentado en la mesa del telégrafo de la estación de Córdoba - 1952
Pero primero me gustaría presentarlo. Muy respetado por todos los ferroviarios, Gaspar Avilés Valle es toda una institución en lo que se refiere al ferrocarril en la provincia de Córdoba. Lo conocí en la Asociación Cordobesa de Amigos del Ferrocarril y allí echamos bastantes tardes hablando del ferrocarril en Córdoba y, en especial, de la línea Córdoba-Belmez-Almorchón, de la que fue asiduo por su condición de ferroviario.

Por entonces él estaba preparando un libro sobre todo ello y en bastantes ocasiones intentamos averiguar el origen y estado de la estación de Cercadilla, acudiendo a la prensa de la época y testimonios de ferroviarios, acerca de lo cual trataban las cartas que nos estuvimos enviando durante varios meses.

Entre sus “descubrimientos” estaba un escrito publicado en el Diario de Córdoba el 3 de mayo de 1891, en el que, tratando de los preparativos que se estaban haciendo para la feria de Córdoba, se decía con muchísima ironía:

“Entre las novedades que este año presentaremos, como asunto curioso, a los forasteros que nos honren con su visita, se encuentra la choza de Cercadilla, que hace el papel de estación, desde que la línea de la Sierra se abrió al público. Aquellas ruinas serán adornadas con papelitos de colores variados, banderas y bombas a la veneciana, lo que hará que el nocturno espectáculo aparezca a primera vista todo lo fantástico que sea posible. El camino que conduce a aquel hermosísimo y nunca bien ponderado lugar, ostentará una iluminación tan brillante que pugnará con la del Real de la Feria. Se colocarán mesas con arropías a ambas orillas del camino y se repartirán gratis refrescos de zarzaparrilla de Bristol, muy recomendada para las irritaciones. También se distribuirán fotografías iluminadas en todo el perímetro que ocupa la estación, a fin de que los forasteros recuerden con alegría los adelantos de la arquitectura moderna empleados en la estación de Cercadilla, la más afortunada de todas las estaciones que se conocen en el presente siglo”.


También me envió otro texto publicado apenas año y medio después del anterior, en el que se seguía ironizando sobre el tema: “La compañía del ferrocarril de Zafra a Huelva está construyendo alrededor de las oficinas, según dicen de aquella capital, unos preciosos jardines. Vamos: como se hacen en la llamada estación de Cercadilla, de Córdoba. Y eso que no exigimos jardines, sino solo verdadera estación”.

Locomotoras de vapor en la estación de Cercadilla - 1955
Por último, en una carta que me envió el 17 de diciembre de 1998, tratando de indagar acerca de los “barracones” de la estación de los que se hablaba en la prensa de finales del siglo XIX, Gaspar me decía:

“He consultado con viejos amigos ferroviarios de más de ochenta años de edad y me han dicho que ni ellos habían conocido los barracones, cuya noticia les sirvió de verdadera sorpresa, ni incluso se lo habían oído comentar a sus padres, ferroviarios también, lo que me hace pensar que nunca se hizo nueva estación, sino que fueron agregándose nuevas casetas y reformándose unas y otras hasta llegar al estado en que la conocimos”. 

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